Madrid parece un mundo diferente…es otra vida, la gente es distinta y va corriendo a todos lados, desde mi parecer es una ciudad impersonal, no es como Venezuela. Pero me gusta, es un encuentro de culturas y creo que podré adaptarme con el tiempo.
Encontré una pensión en Sol (el centro de Madrid) para dormir la primera noche, que costaba tan solo 15 € la noche, me pareció asequible así que decidí dormir allí.
La segunda noche la pasé en el piso en el que me voy a hospedar el primer mes, se encuentra a tan sólo 20 minutos en autobús, tengo que coger el 83 y me deja cerca de la Facultad. Somos cuatro chicas Cristina, Carla, Manuela y yo. Cristina y Carla son españolas, Cristina es valenciana y Carla de Bilbao. Manuela es de Ecuador. Todas somos estudiantes así que llevaremos un ritmo de vida parecido.
En principio he tenido facilidad para encontrar piso, mis compañeras están siendo amables conmigo pero aun siendo el segundo día ya me siento un poco sola, extraño a mi familia y amigos. Necesito tener a alguien para sentirme arropada, me estoy agobiando porque creo que esto me viene grande, son muchas responsabilidades y me siento muy extraña aquí.
La primera vez que cogí el metro fue estresante, había mucha gente y todos empujando. Unos salían, otros entraban, y cada vez había más aglomeración.
Madrid es una ciudad que alberga gente sudamericana como yo y eso a veces es un alivio encontrarte a gente parecida a ti.
Mañana es la presentación del curso y espero conocer a los compañeros que van a estar en mi misma clase durante todo este curso.
¿Podré integrarme entre ellos y hacer amigos?
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